Según las crónicas existió un anochecer
en que cierto caballero recorrió las calles de una ciudad sin nombre en busca del
deseo. Un poeta, insomne en otra noche, llamó a las Musas para que lo asistan
en el relato de dicha historia. Si ambas noches no hallan registro en
calendarios es quizá porque aún no sucedieron, porque comienzan sólo al abrirse
el telón y quién sabe cómo, dónde acaban.